Rosario y Daniel: cí­nicos y cobardes

Más temprano que tarde tendremos en Nicaragua elecciones verdaderamente libres, funcionarios que rindan cuentas a los ciudadanos, tribunales imparciales y honestos, donde se respete la vida y los derechos de los ciudadanos y haya paz

Daniel Ortega y Rosario Murillo, han ordenado la más espantosa masacre de los últimos 40 años con 60 muertos y contando. Pero no son sólo criminales, también son cí­nicos y cobardes. Cí­nicos porque salen con cara de yo no fui a hablar de diálogo mientras los cadáveres de los ejecutados aparecen abandonados en las morgues del paí­s. 

Cí­nicos porque organizan rondas de oraciones por la paz con empleados públicos obligados mientras cada dí­a trae noticias de desaparecidos y encarcelados. Cí­nicos porque se llenan la boca hablando de armoní­a y tranquilidad mientras sus fuerzas represivas y sus matones continúan amenazando y agrediendo a lí­deres civiles en todo el paí­s. 

Cí­nicos porque acusan a los asesinados de asesinarse a si mismos. Daniel Ortega y Rosario Murillo hablan con voz pausada y dulzona pero no muestran ninguna compasión, ni siquiera un poco de empatí­a con los familiares de los muertos a quienes llaman delincuentes, pandilleros y narcotraficantes. 

Pero también son cobardes. Cobardes porque han hecho cómplices de sus crí­menes a miles de policí­as, a funcionarios del Sistema Penitenciario y a los civiles que integraron en sus bandas de matones y han logrado que todos ellos se manchen las manos de sangre. Así­ tendrán chivos expiatorios para lanzar a la hoguera cuando les esté llegando el agua al cuello. 

Cobardes porque no son capaces de mirar a los ojos de los nicaragí¼enses y asumir su responsabilidad por los crí­menes cometidos. Cobardes porque siguen tratando de culpar a otros de lo que está a la vista de todos. Pero la justicia los alcanzará más temprano que tarde aunque no de la mano de sus policí­as, de sus fiscales y de sus tribunales. 

Aquí­ habrá de venir una comisión internacional a investigar estos crí­menes para que el mundo conozca sus atrocidades y los condene. 

Más temprano que tarde tendremos en Nicaragua elecciones verdaderamente libres, funcionarios que rindan cuentas a los ciudadanos, tribunales imparciales y honestos, donde se respete la vida y los derechos de los ciudadanos y haya paz, porque la paz nace de la justicia. Y entonces, Daniel y Rosario, ustedes estarán en el basurero de la historia. 

(*) Luis Carrión fue uno de los nueve integrantes de la Dirección Nacional del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y Comandante de la Revolución.