Por Mario David Mejía.
Los seres humanos somos criaturas tribales, es decir que, tendemos a dividir el mundo en un ellos/ nosotros. Esto quiere decir que, hay una tendencia a excluir del círculo de empatía a las personas que no forman parte de nuestro grupo familiar, ni del grupo de nuestros amigos y conocidos, ni del grupo moral, político, religioso o cultural con el que nos identificamos. En otras palabras, se asume que es aceptable cometer contra personas fuera de nuestros círculos de empatía, actos de crueldad que serían inaceptables cometerlos contra personas que forman parte de nuestros círculos de empatía.
Los derechos humanos surgen precisamente para domar nuestro instinto tribal e incluir en el círculo de empatía a personas que de antaño no formaban parte de él. Al reconocer que todos tenemos una humanidad en común, se acepta que sean cuales sean las diferencias culturales, de comportamiento, de pensamiento o de funcionamiento neurológico, todos tenemos derechos básicos que buscan el respeto de nuestra integridad física y mental.
Un grupo que de antaño ha sufrido violencias terribles por parte del Estado, son las personas que violan el ordenamiento jurídico penal. La visión de derechos naturales, cuya máxima expresión actual son los derechos humanos, ha luchado desde los inicios de la modernidad, por reducir la crueldad del castigo y crear mecanismos que den fin a las formas arbitrarias y abusivas de proceder contra alguien acusado de un delito.
Otro grupo que también ha sufrido violencias terribles y otras formas de incomprensión, son las personas etiquetadas con términos como: trastornos del neurodesarrollo y enfermedades mentales. La patologización de su condición les ha acarreado sufrimientos mediante tratamientos psiquiátricos coercitivos y otras formas de estigmatización.
Yo aquí propongo, algunos ingredientes para una receta básica para avanzar en derechos humanos en el ámbito del sistema de justicia penal, y en el ámbito de las personas etiquetadas con trastornos del neurodesarrollo y enfermedades mentales:
- Reconocer que los humanos actuales somos producto de millones de años de evolución impulsada por la selección natural. Desde los rasgos humanos que nos parecen más nobles, hasta los rasgos humanos que nos parecen más despreciables, forman parte de nuestra naturaleza humana actual heredada de la evolución.
- Reconocer que los humanos somos diversos, porque las fuerzas ciegas de la selección natural crean diversidad de seres vivos, y los humanos no somos la excepción.
- Reconocer que, de la misma manera que los otros animales no tienen libre albedrío, y que, por lo tanto, no merecen las consecuencias de sus decisiones, también los humanos no tenemos libre albedrío, por lo tanto, tampoco merecemos moralmente las consecuencias de nuestras decisiones. Debemos domar nuestro instinto retributivo.
- Reconocer que las personas que de antaño han sido etiquetadas como trastornos del neurodesarrollo y enfermedades mentales, son en realidad parte de la neurodiversidad. Y que las personas etiquetadas como neurotípicas, también son parte de la neurodiversidad, pero quizás una neurodiversidad que aún no conocemos pero que casualmente está conforme a lo que de antaño se etiqueta como normal.
- Que el sistema de justicia penal siga manteniendo las garantías procesales, pero ya no debe basarse en el mito del libre albedrío, ni en el mito de la responsabilidad moral, ni en el mito del merecimiento del castigo.
- Preferir el enfoque de justicia restaurativa y otras medidas más enfocadas en la rehabilitación que en el castigo.
- Dejar de glorificar el castigo penal.
- Abandonar toda forma de populismo punitivo.
- Construir nichos sociales adecuados para toda forma de neurodiversidad para que haya paz social y equidad.
- Adoptar una actitud crítica en contra del uso de psicofármacos y el internamiento psiquiátrico involuntario.
- Ir aboliendo poco a poco la cárcel como castigo en favor de la implementación de los Centros de Cuarentena de Salud Pública propuesto por Gregg Carusso. Un modo de tratar a los criminales más enfocado en la rehabilitación y el tratamiento terapéutico que en el castigo.
- Habrá personas que nunca dejarán de ser un peligro para otros, en tal caso, estas deben estar apartadas siempre de la sociedad, pero no en condiciones de castigo. Para tal fin, estará el enfoque de cuarentena de Salud Pública propuesto por Gregg Carusso u otras opciones compasivas.
- Cambios en la estructura social, económica y moral para lograr mayor inclusión, lo que traerá mayor paz social.
- Reconocer que nuestro instinto retributivo es uno de los mayores obstáculos para el avance en derechos humanos.
Estos son algunos ingredientes para avanzar en derechos humanos. Ampliar el circulo de empatía es algo que nos beneficia a todos los seres humanos.