Por Hans Alejandro Herrera.
Giorgio Marengo empieza a sonar con fuerza como papable, es el segundo cardenal más joven del cónclave, nacido en 1974 el italiano es la máxima autoridad en Mongolia un país hasta 1992 sin presencia católica, pero que ahora cuenta con más de mil fieles en una iglesia misionera que recuerda los comienzos del cristianismo.
La figura de Marengo representa la Iglesia en sus orígenes pero también a esa Iglesia pequeña, doméstica , cercana y humilde, a su vez es Iglesia en los márgenes del mundo, y que lugar más al margen que Mongolia, un lugar donde solo hace treinta años no había católicos, un lugar difícil de llegar a nivel aéreo , perdido en la estepa, un país atrasado pero donde el diálogo interreligioso es posible. Cabe recordar que la religión católica se está moviendo al Asia y África en términos de crecimiento demográfico, y en el caso de Asia se revela la fuerza de una fé pujante que se abre paso en medio de una reconfiguración de la geopolítica religiosa.
De boy scout a exorcista

Marengo es un exorcista capacitado, completó el curso “Exorcismo y oraciones de liberación” en el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum como estudiante . En su juventud llevó una enseñanza impartida centrada principalmente en la literatura clásica ( latín , griego antiguo , lenguas y literatura), la cual se considera una de las mejores preparaciones para la educación superior.
Giorgio Marengo, I.M.C. nació en Cuneo, Piamonte, el 7 de junio de 1974, es decir es géminis y está bajo la inspiración de Apolo loxias. El ahora cardenal desde 2022 y misionero de la Consolata es prefecto apostólico de Ulán Bator (Mongolia) desde el año 2020.
Sabemos que desde su infancia fue boy-scout y en su juventud practicó esgrima. A partir de conocer a un misionero de la Consolata, tiempo después decidió entrar en esta congregación italiana que lleva sacerdotes a lugares en los que no hay presencia de cristianos.
A los veintinueve años se trasladó a Mongolia (2003). Al llegar al país, dedicó tres años a aprender su idioma. Allí le acompañaron dos sacerdotes y dos religiosas. Se establecieron en Arvaikheer, una ciudad a 430 kilómetros de Ulán Bator, en donde nunca había habido una iglesia. Empezaron desde cero. Al llegar a la ciudad, sus habitantes les tomaron por espías. Pasado un tiempo, en el que se construyeron relaciones de amistad, en 2010 se bautizaron un grupo de mujeres, seguidamente los maridos de éstas y otros familiares. En 2022, el número de católicos en Mongolia ascendia a 1470 personas. Giorgio utiliza la expresión “susurrar el Evangelio al corazón de una cultura”. El primer sacerdote nacido en Mongolia se ordenó en 2016, y el segundo en 2021.
El 2 de abril de 2020, el Papa Francisco lo nombró Obispo titular de Castra Severiana y IV Obispo de la Prefectura Apostólica de Ulán Bator. Sucedió al SE. Mons. Wenceslao Selga Padilla, fallecido el 25 de septiembre de 2018. Fue creado cardenal por el papa Francisco en el Consistorio celebrado el 27 de agosto de 2022, asignándole el Título de San Judas Tadeo Apóstol, siendo uno de los más jóvenes del mundo tras san Juan Pablo II, cuando fue creado cardenal el 26 de junio de 1967 por san Pablo VI.
Su lema cardenalicio es Respicite ad eum et illuminamini (en latín “mira hacia Él y sé iluminado”)
Construir una iglesia desde cero

Marengo pasó 14 años en una zona remota a 450 kilómetros al suroeste de Ulán Bator (Mongolia) y su logro más notable ha sido la construcción de una comunidad católica en el país, que no existía en 1992 y que ahora cuenta con unos 1450 fieles. Cabe resaltar que las vocaciones se han duplicado desde la llegada de Marengo.
Como misionero, además, Marengo está muy familiarizado con los problemas de los jóvenes, con el éxodo a las ciudades, con la falta de empleo y de salidas profesionales, con las adicciones, incluso, como exorcista, con los problemas que trae “lo oculto” al mundo de hoy. Cabe recordar que Marengo tiene más de 20 años de experiencia como exorcista en Mongolia, donde hay casi 3 millones y medio de habitantes, de los que solo 1.500 son católicos y más de 10 mil practican el chamanismo.
Marengo el azote de Dios contra el chamanismo

Marengo también representa una visión, la de la dialéctica de luchas cosmogónicas. La del catolicismo enfrentada a formas neopaganas.
El chamanismo es una antigua práctica pagana de origen indígena, en la que se cree que es posible entablar una comunicación con los espíritus de la naturaleza y de los muertos a través de la posesión ritual del chamán, que sirve de “médium”.
Esta práctica fue casi erradicada de Mongolia en el tiempo de la dictadura comunista, pero hoy está resurgiendo en los territorios mongoles de Rusia.
El chamanismo es popular en los círculos de la Nueva Era (New Age), porque ponen el acento en la armonía con las fuerzas de la naturaleza y en la sanación. Además, suelen romantizar las creencias o religiones indígenas por su cercanía a la tierra y la naturaleza.
Mons. Marengo luchó contra esta práctica y otras en Mongolia desde el inicio de su ministerio como sacerdote exorcista. El Prelado dijo que solía recordar a los sacerdotes misioneros que ayuden a los fieles que querían bautizarse en su lucha contra el demonio, que buscaba apartarlos de la gracia con los engaños del paganismo.
“Había que recordar a los sacerdotes que servían en estas tierras que se pusieran en sintonía con los primeros discípulos del Señor, que anunciaban el Evangelio, expulsaban demonios y curaban a los enfermos”, dijo en el sitio web CentralAsia, según recoge Asia News.
En ese sentido, advirtió que “nunca deja de ser actual y necesario condenar la superstición, porque en ella debilitamos la fe y acabamos convirtiéndonos en sus esclavos, para escapar de nuestros miedos e incertidumbres”.
En cambio, animó a imitar el ejemplo de Jesucristo, que “confió totalmente en Dios Padre” y recordó a los católicos que “la humildad del creyente consiste en colocar su confianza en Él, de manera incondicional”.
Además, Mons. Marengo ofreció algunos consejos para “vivir una fe madura y libre de ilusiones satánicas”. El Prelado animó a hacer oración y adoración eucarística, y tener devoción a la Virgen María. “Todo cambia con la difusión de la adoración de la Eucaristía”, dijo al recordar su experiencia en Mongolia, y recomendó rezar con “textos litúrgicos que invocan la curación del cuerpo y del alma”. Precisó que es importante dar una “catequesis adecuada sobre las acciones del demonio y las posibilidades de combatirlo”, y dialogar sobre “cuestiones de demonología”. Al respecto, subrayó que es importante que los sacerdotes y religiosos se formen en temas de salud espiritual y lucha contra el demonio.
Finalmente, recomendó a los sacerdotes exorcistas a realizar exorcismos o la “celebración de la expulsión de las fuerzas impuras”, solo “cuando sea necesario” y en respeto de lo que señala la Iglesia Católica
El obispo nos recuerda a menudo que Mongolia no solo está impregnada de antiguas supersticiones, sino que el «nuevo paganismo» se extiende por todas las sociedades del mundo.
Un pastor en una tierra de pastoreo

La clave del crecimiento de la Iglesia en este país de misión es.como él apunta en una entrevista para Asia news, el acompañamiento a los conversos y la coherencia de vida. A la pregunta de cuál es la labor de evangelización que realiza la Iglesia católica en Mongolia, Marengo responde: « Respondo utilizando una imagen poética tomada de un gran pastor salesiano, el arzobispo emérito indio Thomas Menamparampil: intentamos susurrar el Evangelio al corazón de Mongolia. Es una expresión que habla de nuestro compromiso con un testimonio constante del Evangelio: un anuncio discreto, no ruidoso».
Como él mismo recuerda, «Al principio, fue una época marcada por el pionerismo en una nación que de repente vio cómo se derrumbaba un régimen marcado por el comunismo y el ateísmo estatal y caía en una fase de desorientación y pobreza. Fue en este preciso momento de la historia cuando llegaron los tres primeros misioneros, entre ellos monseñor Wenceslao Selga Padilla, primer prefecto apostólico de Ulán Bator».
Una educación de élite

Un hombre es la educación de su país y la historia de la educación de un país es la clave para entender a sus hombres.
Marengo es también el resultado de una educación enfocada a las humanidades. En su adolescencia estudió en el liceo classico o ginnasio ( literalmente , « liceo clásico » ) es el tipo de escuela secundaria pública más antiguo de Italia . Su currículo educativo abarca cinco años, y los alumnos suelen tener entre 14 y 19 años. Hasta 1969, este era el único instituto de secundaria donde se podía cursar cualquier tipo de carrera universitaria italiana (incluyendo humanidades y jurisprudencia ), siendo así el centro de formación de la élite italiana. Es conocido como un instituto de ciencias sociales y humanístico , uno de los pocos institutos europeos donde el estudio de lenguas antiguas ( latín y griego antiguo ) y su literatura es obligatorio. La mayoría de quienes alcanzaron los más altos niveles de liderazgo en el gobierno, la ciencia, la diplomacia y los negocios italianos asistieron al Liceo Clásico. Cabe señalar que paralelamente desde la década de 1960, todos los presbíteros y obispos de la Iglesia católica estudiaron en seminarios y, desde la década de 1990, los temas enseñados dentro de esos seminarios fueron los mismos que en el liceo classico ( filosofía teórica , gramática y literatura latina y griega antigua, inglés).
El liceo clásico tiene en 1859 sus orígenes. Siguiendo el modelo de la tradición escolástica humanista anterior a la unificación, la ley Casati preveía una única dirección de liceo donde predominaban las asignaturas literarias y humanísticas. El plan de estudios original preveía un curso de ocho años (en aquel entonces no existía la educación secundaria), dividido en cinco años de ginnasio y un liceo de tres años : el estudio del latín comenzaba en la primera clase del gymnasio, y el del griego (antiguo) en la tercera. El fin del liceo ginnasio era formar a la futura élite de Italia; quienes asistían debían continuar con sus estudios, ya que no proporcionaba una educación profesional. No obstante desde su implementación, la escuela fue criticada por estar centrada en temas filosóficos y humanísticos y por relegar la educación científica y técnica a un papel secundario. El esquema horario de 1892 introdujo el estudio del francés desde el tercer año de gimnasio hasta el quinto, supliendo la falta de una lengua extranjera. A principios del siglo XX, al surgir el problema de la deficiente instrucción matemática/científica, se permitió a los liceos individuales activar secciones experimentales en las que, en lugar del griego antiguo, se enseñaban matemáticas o una lengua moderna. En 1911 se fundaron el liceo moderno y el primer liceo científico , que se unieron al curso tradicional; para distinguirlo de este último, el liceo-gymnasium tradicional comenzó a llamarse informalmente ” liceo classico ” (“liceo clásico”), aunque oficialmente el nombre permaneció como ” ginnasio liceo ” (“gymnasium-lyceum”). El liceo moderno fue abolido en 1923 con la Reforma Gentil , que al mismo tiempo estableció un nuevo liceo scientifico (en lugar del anterior). Los filósofos neoidealistas consideraban que las disciplinas literarias, históricas y digresivas eran las únicas capaces de proporcionar un conocimiento real, especialmente la filosofía, siendo en sí misma una forma literal, simple y primitiva de las ciencias abstractas y naturales, y precisamente por ello indispensable para hacerlas comprensibles. En opinión de maese Gentile, las escuelas de élite debían coincidir con el liceo classico , destinado a la educación de las futuras élites italianas: solo los graduados del liceo classico podían matricularse en cualquier carrera universitaria, mientras que, por ejemplo, quienes provenían del liceo scientifico no podían matricularse ni en humanidades ni en derecho . Este último obstáculo era particularmente grave, ya que derecho era una carrera de suma importancia para las élites italianas.
En la segunda mitad del siglo XX, los pensadores de izquierda lograron estandarizar y modernizar la educación, en cierto sentido, eliminando los obstáculos burgueses. Gracias a estas reformas, el latín desapareció del currículo de secundaria y se hizo posible la matriculación universitaria para todos los estudiantes de cualquier instituto italiano, pero la enseñanza del latín y el griego antiguo siguió siendo obligatoria en el currículo del Liceo Classico.
El académico y escritor Federico Condello, en su libro La scuola giusta. In difesa del liceo classico (2018), también examina las posturas de una figura controvertida como Adolf Hitler , citando una frase de Mein Kampf que dice: «[La educación] debe corresponder más a las materias clásicas… De lo contrario, se renuncia a fuerzas que son aún más importantes para la preservación de la nación que cualquier habilidad técnica o de otro tipo. No hay que abandonar los estudios clásicos. El ideal helénico de cultura también debe preservarse para nosotros en su belleza ejemplar».
El Liceo Classico pretende enseñar a los estudiantes, entre otras cosas, una forma más rigurosa de traducir un texto. Se les enseña que los matices del significado pueden marcar la diferencia y que, para traducir correctamente, es necesario comprender y explicar con palabras sencillas el significado de cada palabra. La traducción de las llamadas «versiones» ( en italiano : versioni ) de textos en latín y griego antiguo ha sido comparada por el físico Guido Tonelli con la «investigación científica» y se supone que es un ejercicio mental útil. Según los críticos, el estudio del latín y el griego antiguo no proporcionaría una mejor educación en todas las áreas, sino solo en humanidades ( literatura , lingüística , historia, filosofía, filología , arqueología e historia del arte ), por lo que es más adecuado para estudiantes con un interés principal en estas disciplinas.
Entre los puntos a favor del liceo classico se encuentra, sin duda, su carácter elitista, ya que permite a los estudiantes más brillantes y ambiciosos seguir un itinerario de estudio común en comparación con una clase mixta, lo que puede resultar en una mejor educación. Sin embargo, esto es generalmente válido para la mayoría de las escuelas de élite, independientemente de si se enseña latín o griego antiguo.
Los datos estadísticos que parecen demostrar que el liceo classico proporciona una mejor educación (por ejemplo, los estudiantes que estudiaron en el liceo classico se gradúan en la universidad con calificaciones más altas en comparación con los estudiantes que estudiaron en otras escuelas), son correctos, pero no suficientes para establecer una primacía indiscutible del liceo classico sobre otras escuelas secundarias. Dado que el liceo classico aún tiene la fama de ser una escuela de élite, los estudiantes italianos que eligen el liceo classico son más “serios”, preparados, más motivados por sus padres que los estudiantes que se matriculan en otras escuelas secundarias y sus calificaciones promedio son más altas desde la escuela secundaria .
Otro factor podría ser la casi total ausencia de extranjeros estudiando en el liceo classico , ya que se ha demostrado que existe una correlación negativa entre el número de estudiantes extranjeros en una clase y el rendimiento colectivo de los estudiantes de esa clase.
Su sede en Mongolia es Arvaikheer , también escrito Arwaiheer ( mongol : Арвайхээр , [arw̜æˑˈçeːr] ; “Estepa de cebada”) es la capital de Övörkhangai Aimag (provincia) y uno de los puntos más centrales de Mongolia . También conocido como el Distrito de Arvaikheer, Арвайхээр сум, Arwaiheer suma, en mongólico ᠠᠷᠪᠠᠶᠢᠬᠡᠭᠡᠷᠰᠤᠮᠤ.
El cristianismo en Mongolia: una historia de una ida y una vuelta
Desde la edad media existió una presencia nestoriana en la estepa. Sin embargo el catolicismo se introdujo por primera vez en el siglo XIII durante el Imperio mongol , pero se extinguió con la caída de la dinastía Yuan en 1368. La nueva actividad misionera no se inició hasta después de la Segunda Guerra del Opio , a mediados del siglo XIX. Se fundó una misión para Mongolia Exterior, lo que le otorgó a Mongolia su primera jurisdicción católica, pero todas las obras cesaron al año siguiente con la llegada al poder del régimen comunista .
Con la instauración de la democracia en 1991, los misioneros católicos regresaron y reconstruyeron la iglesia desde cero. En 2016, Mongolia contaba con una Prefectura Apostólica , un obispo, seis iglesias y mantenía relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y Mongolia desde el 4 de abril de 1992.
La nueva Constitución mongola de 1992 garantizó la libertad religiosa, y se enviaron misioneros para reconstituir la Iglesia. Missionhurst (la Congregación del Inmaculado Corazón de María ) envió a los sacerdotes Wenceslao Padilla , Gilbert Sales y Robert Goessens para cumplir esta misión una vez que el Vaticano estableció relaciones diplomáticas con Mongolia. Antes de su llegada, los expatriados asistían a servicios protestantes . Inicialmente, ninguno de los misioneros sabía mongol , ninguno de los pueblos nativos sabía inglés, y no existían textos litúrgicos católicos impresos en mongol. Las primeras misas se celebraron en apartamentos alquilados y las oficiaban extranjeros que trabajaban para embajadas y organizaciones de ayuda exterior
En 1996, el padre Wenceslao Padilla y 150 feligreses estuvieron presentes en la dedicación de la primera iglesia católica en la historia de Mongolia. En 1997 fue nombrado el primer nuncio papal de la Santa Sede en Mongolia. La nueva catedral de los Santos Pedro y Pablo en Ulaanbaatar tiene la forma de un ger tradicional , con su forma circular de tienda y paredes de fieltro grueso. El padre Wenceslao Padilla fue consagrado como el primer obispo de Mongolia el 29 de agosto de 2003 en la catedral de los Santos Pedro y Pablo en Ulaanbaatar.
Prefectura Apostólica (2003-presente). En la actualidad hay 54 misioneros de varios países que ayudan a construir la Iglesia y 3 parroquias en funcionamiento. La llegada de numerosos misioneros cristianos ha sido notable desde la caída del comunismo, y el catolicismo creció de ningún adepto en 1991 a más de 600 en 2006, incluidos unos 350 mongoles nativos. Y en la actualidad bordea los 1500 fieles. El clero aunque muy reducido es multinacional, de 20 naciones de todo el mundo. Por otra parte la primera gruta católica en Mongolia fue consagrada recién en 2008. Joseph Enkh Baatar se convirtió en el primer católico mongol en unirse a un seminario para el sacerdocio en 2008. Fue ordenado como el primer diácono mongol en diciembre de 2014, y como el primer sacerdote mongol el 27 de agosto de 2016. Más de 1.500 personas asistieron a la misa de ordenación, incluidos casi 100 sacerdotes de Corea del Sur, dignatarios de embajadas extranjeras, de iglesias ortodoxas locales y monjes budistas. En 2016 había tres seminaristas de Mongolia estudiando en Daejeon, Corea del Sur.
En 2023, el Papa Francisco realizó la primera visita papal a Mongolia durante cuatro días, la primera vez que un Papa visitaba Mongolia. Durante su estancia allí, abrió una clínica para personas sin hogar. El Centro Verbist de la Iglesia ha acogido a 120 niños de la calle que anteriormente vivían en el sistema de alcantarillado de Ulaanbaatar.
En 2025 una crónica de viaje de Javier Cercas sobre la visita del Papa a Mongolia recoge algunos detalles de la misión plantada que da fruto en la estepa.