El Banco Mundial (BM) aprobó un financiamiento de $150 millones para El Salvador destinado al desarrollo de un proyecto de energía geotérmica que busca aumentar la generación de electricidad renovable y promover un modelo energético más sostenible e inclusivo en el país.
La iniciativa, que se ejecutará durante seis años, contempla el fortalecimiento de la capacidad nacional para producir energía a partir de fuentes geotérmicas, así como el aprovechamiento del calor para usos directos en comunidades locales.
Planta geotérmica de 25 MW será construida en Chinameca
Como parte del proyecto, LAGEO, empresa estatal especializada en energía geotérmica, instalará una central de hasta 25 megavatios (MW) en el campo geotérmico de Chinameca, en el oriente del país. La planta estará conectada a la red de transmisión eléctrica nacional y contribuirá a diversificar la matriz energética salvadoreña.
Además de la instalación principal, se realizarán trabajos exploratorios adicionales que permitirán evaluar el potencial para desarrollar hasta 40 MW adicionales en la misma zona.
Beneficios ambientales, sociales y económicos
El presidente de la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa (CEL), Daniel Álvarez, destacó que este proyecto “fortalece el sistema energético y promueve un desarrollo sostenible e inclusivo”, al tiempo que facilitará el acceso a energía más limpia y asequible para la población.
También explicó que la construcción y operación de la planta generará empleos locales, y que el calor geotérmico podrá ser utilizado directamente por comunidades vecinas para actividades como el secado y procesamiento de alimentos, impulsando así el crecimiento de agronegocios locales.
Apoyo internacional a largo plazo
La gerente de país del Banco Mundial para El Salvador y Costa Rica, Carine Clert, reafirmó el compromiso del organismo con el país:
“Este proyecto demuestra nuestra colaboración de larga data con el Gobierno de El Salvador en la construcción de un futuro más resiliente y próspero”.
Asimismo, señaló que la intervención busca no solo reducir emisiones, sino también generar empleos verdes y mejorar la capacidad operativa de CEL, permitiéndole gestionar con mayor eficacia la demanda energética y responder ante interrupciones en el suministro.