Por Álvaro Rivera Larios.
Llámese situación retórica a la circunstancia en la cual un emisor elabora un texto y en la cual su discurso interviene. Hacer un análisis objetivo de dicha circunstancia trasciende la simple enumeración de los factores externos que constituyen el afuera inmediato que rodea a quien construye un discurso, un poema, por ejemplo. Ese afuera puede traducirse en una lista de hechos propuestos como candidatos a convertirse en el horizonte inmediato que quizás condicione a un escrito. Así consignados mecánicamente tales hechos no pasarían de ser un producto más de aquél trillado ejercicio sociológico que rodeaba a los discursos sin tocar su estructura interna.
La situación retórica va más allá del viejo contexto frente al texto, situándose ahí donde la antigua retórica convertía la interacción entre el orador y su público en un problema que afectaba formalmente al discurso. En tanto que un contexto (horizonte cultural, situación específica, urgencias precisas, audiencia concreta) se convierte en el tiempo y el espacio donde interviene una palabra consciente de sí misma y a la vez consciente de su afuera, podría afirmarse que la situación retórica es la circunstancia, la ocasión, tal como un poeta se la representa de manera pragmática haciendo bascular tácticamente el sentido y el estilo de su voz ante un público determinado.
Un orador, un escritor, un poeta que modulan su voz de forma pragmática en sintonía con la forma en que se representan una situación comunicativa concreta, no asumen las reglas de su oficio –su poética– como un recetario abstracto, sino como una elección verbal flexible, adecuada a la ocasión. Un poeta dotado de consciencia retórica hace suya una poética ocasionalista que elige la complejidad o simplicidad formal de acuerdo a las exigencias internas de su texto y de acuerdo también a lo que demande o exija su visión de un contexto determinado.
Un poeta como Roque Dalton, en su madurez, estimó que decidirse por principio entre lo sublime y lo prosaico era un falso dilema si se planteaba fuera de la situación retórica.
Llegados aquí, ya estaríamos en condiciones de leer con mayor lucidez los versos maravillosamente ocasionales de los Poemas Clandestinos.