La percepción de la violencia, el miedo y el agobio que la sociedad salvadoreña ha vivido prácticamente en los últimos 25 años hace de este país un territorio en el que prima la negatividad y el escepticismo. Nadie cree en lo bueno aunque sea cierto. Igualmente, noticias positivas tienen poca cabida en los medios de comunicación.
Ahora resulta que se reportó este miércoles una significativa baja en la comisión del delito de homicidios, de acuerdo al director de la Policía Nacional Civil (PNC), Howard Cotto, pero el impacto en los medios es otro, cuando lo que se dice es que de acuerdo a las estadísticas oficiales entre enero y febrero de 2017 hay una disminución del 65 por ciento en asesinatos.
El homicidio agravado tiene situado a El Salvador en el primer lugar de Latinoamérica con una tasa de 81 por cada 100.000 habitantes. Esta tasa es abalada por entidades como la Organización Mundial de la Salud (OMS), que considera las estadísticas mayores de 10 por cada 100.000 habitantes como epidemias.
Cotto detalló que en enero y febrero de 2017 se registraron 493 homicidios; mientras que en el mismo período el año pasado se reportaron 1.404 homicidios, es decir, en este año hubo 911 menos homicidios al comparar ambos períodos.
"Durante el mes de febrero de 2017 se reportaron 207 homicidios y en el 2016 hubo 664, lo que significa una disminución de 427 asesinatos, lo que equivale a un 64 por ciento de reducción", apuntó el director policial.
Las estadísticas indican que también en febrero 2017 se cometieron 8,5 homicidios como promedio diario; en febrero de 2016 el promedio diario registrado fue de 23,7 homicidios.
De mantener el promedio de homicidios en 8,5 durante 2017, la tasa de este delito se situaría en aproximadamente 49 por cada 100.000 habitantes.
"El martes 28 de febrero mes no se registró ningún crimen", apuntó Cotto.
El presidente salvadoreño Salvador Sánchez Cerén atribuye la baja de homicidios y de otros delitos a las medidas represivas y preventivas contenidas en la estrategia de combate al pandillerismo que en abril cumplirán un año de aplicación y que son conocidas como "El Salvador Seguro" y Medidas Extraordinarias contra la violencia criminal.
Esta estrategia implicó un control rígido de los líderes pandilleros presos, para evitar que ordenaran crímenes desde la cárcel. También se crearon batallones militares y policiales para enfrentar a las bandas armadas, así como la arrebatar territorios en manos de las pandillas o maras.
"De enero a la fecha que en 137 municipios, de los 282 a nivel nacional, no se ha cometido ningún homicidio, entre ellos se encuentran Sonsonate, Caluco, Sonzacate, Ciudad Arece, San Matías, Antiguo Cuscatlán, Nuevo Cuscatlán, La Palma, San Ignacio y Santa Rosa de Lima", agregó el director policial.
Los municipios mencionados por Cotto estaban entre los más violentos de El Salvador.
