El director de la Policía Nacional Civil (PNC) Howard Cotto dijo este lunes que como PNC tienen fuertes indicios que la agente policial Carla Ayala, desaparecida el pasado 29 de diciembre tras una fiesta policial, estaría sepultada en el Cementerio Municipal de San Francisco Javier, Usulután, haciéndola pasar como pariente de la familia de Josué Castillo, el agente policial prófugo y principal sospechoso de la desaparición de Ayala.
“Nos damos cuenta por medio de indagaciones policiales que el 31 de diciembre en la tarde, sepultaron a un supuesto familiar fallecido del prófugo Josué Castillo, en el cementerio municipal de San Francisco Javier. Los familiares de Castillo utilizaron una constancia de defunción remitida por un médico de Ilopango”, dijo Cotto en rueda de prensa.
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Aseguró que el médico que emitió la constancia, les confesó no haber visto ni conocido a la persona que aducen ha fallecido, y emite una constancia de defunción si n conocer a la persona y sin tener a la vista el cuerpo.
Cotto explicó que ese sepelio se dio sin acto fúnebre y sin asistencia de nadie. Actualmente según dijo, la tumba se encuentra abandonada y con custodia policial desde el pasado 22 de febrero
“Estos elementos nos dan una fuerte presunción de que en ese lugar se pudiera encontrar el cuerpo de nuestra compañera”, añadió.
Explicó también que es la FGR quien debe solicitar al juzgado correspondiente la exhumación del cadáver de la tumba sospechosa.
Fiscalía confirma solicitud
El fiscal general, Douglas Meléndez confirmó este lunes que ya hicieron la solicitud de exhumación al juzgado de San Francisco Javier, Usulután, y que una vez sea dado el permiso, deberán notificar al Ministerio de Salud, PNC e Instituto de Medicina Legal para que estén presentes en el momento de realizarla.
“En este momento la FGR ya está solicitando en el juzgado correspondiente de San Francisco Javier, la exhumación en esa tumba. Esperamos que el juez admita la solicitud y nos otorgue la autorización para hacerla posiblemente el día de mañana”, dijo Meléndez.
Además, apuntó que la FGR investiga el caso desde su desaparición, y así como la PNC tiene indicios, también ellos han encontrado un posible lugar a base de rastreo satelital del teléfono de Ayala.
La FGR le dio seguimiento y lograron determinar que ese teléfono salió de San Salvador vía carretera, se detuvo por la zona de Olocuilta y avanzó hasta Usulután. Ahí, en el cantón Cruzadilla de San Juan en Jiquilisco, fue el último lugar donde se recibió la señal.
“Hace dos semanas estuvimos verificando en la zona de la Cruzadilla de San Juan en Jiquilisco, haciendo inspecciones de posibles lugares donde podría estar enterrada la agente Carla Ayala. Esto derivó del posicionamiento de antena que hicimos del teléfono de ella por una aplicación que tenía”, manifestó Meléndez.
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Carla Ayala desapareció el pasado 29 de diciembre tras una fiesta policial realizada en la base del Grupo de Reacción Policial (GRP). Su desaparición derivó en la investigación y posterior desaparición del GRP como unidad especializada de la PNC, sustituyéndole por el grupo “Jaguares”
