jueves, 2 mayo 2024

El Suicidio, una silenciosa realidad que afecta a todo el mundo.

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El Suicidio, una silenciosa realidad que afecta a todo el mundo.

Recuerdo como a mi corta edad de catorce años un compañero del colegio se suicidó, fue mi primer encuentro personal con la muerte. Pero ¿cómo se le explica a un padre, a un hermano, que su familiar ha decidido quitarse la vida?.

A lo largo de la historia de la humanidad, el suicidio ha sido “una salida” para millones de personas en diferentes sociedades, no importa si estas son de “primer mundo” o de “tercer mundo”, de hecho, es paradójico e incoherente que las mayores tasas se suicidio en el mundo se dan en países con grandes niveles de educación y con muy buenas posibilidades sociales y económicas, es decir, países de primer mundo.

La pandemia del COVID-19 vino a poner de moda “la importancia de la Salud Mental”, lastimosamente estas iniciativas de parte de instituciones con mucho poder y los gobiernos tienen una “proyección de prevención” que no ve más allá de hacer Lobby en hoteles y gastando millones de dólares en “campañas de concienciación” que están muy alejados de la verdadera realidad que viven las sociedades marginadas, comunidades que están muy necesitadas de un derecho tan básico como es el derecho a la salud.

En una sociedad tan cambiante, donde todo está regido por verdades a medias y medias verdades, se pierde la verdadera esencia de la humanidad, un mundo tan perverso donde facilitarnos todo en nuestras palmas de las manos con un móvil, influenciados por campañas de marketing que disfrazan de felicidad la depresión vendiendo latas de cerveza como “salida a nuestros problemas” cuando realmente lo que hacen es agravar el verdadero problema de salud mental en el mundo.

La salud mental es una industria, es un privilegio, es un oficio en el cual “los profesionales” lastimosamente “solo ayudan” a cambio de una recompensa económica, no es que esto sea malo, el problema es que la industria y la monetización de los sentimientos y emociones no permite que exista un avance honesto, empático, significativo. Esto no permite que exista y se proponga un verdadero aporte y una verdadera solución que ofrezca verdaderos cambios a la problemática de salud mental que cada vez es más grande.

Como sociedad tenemos una gran tarea, primero debemos de cambiar la visión machista que se tiene en torno a estos temas, pensar que las emociones y sentimientos son “solo cosas de mujeres”, como sociedad debemos a aprender a compaña y estar alertas en nuestras casas, en nuestras comunidades, en nuestros ambientes de trabajo a observar comentarios y conductas de las personas que nos rodean, aprender a no juzgar y empatizar las diversas realidades que proyectan las personas que tenemos cerca.

Debemos aprender a escuchar y acompañar, debemos aprender a pensar más en los demás y comprender que todos necesitamos ayuda, que todos necesitamos diferente tipo de ayuda, mientras no veamos eso seguiremos viviendo en sociedades muy violentas e indiferentes que se acostumbran a desnaturalizar la verdadera esencia del ser humano. 

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Andrés Marroquín
Andrés Marroquín
Artista salvadoreño de la Imagen. Fotógrafo y videasta; camarógrafo y editor de ContraPuntoTV (CPTV)
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